Solemos pensar que nuestra percepción del mundo es mucho más completa
de lo que es en realidad.
Sentimos que registramos lo que pasa en nuestro entorno al igual que una cámara de vídeo, pero lo que sucede es muy distinto.
Eduard Punset viajó a Mallorca para entrevistar a algunos de los neurocientíficos más destacados del mundo que se habían reunido en el undécimo Congreso Internacional de Neurociencia Cognitiva.
En este capítulo de Redes, Kia Nobre, neurocientífica de la Universidad de Oxford, nos explica algunos de los recursos que utiliza el cerebro para hacerse una idea de lo que sucede en su entorno.
Eduard Punset:
Kia Nobre es una neuróloga científica que empezó su vida en Brasil y ahora está en Londres, después de haber estado en EE.UU., pero en todas partes donde yo he ido habían oído hablar de Kia.
Y habían oído hablar de ella porque es una de las pocas científicas que dedica prácticamente todo su tiempo a analizar y a medir, no sólo a analizar y a pensar sobre ello, sino a medir, a intentar medir el funcionamiento del cerebro.
Por eso, Kia –y me corriges si me equivoco– por eso intentas recurrir a los métodos no invasivos como las imágenes cerebrales por resonancia magnética o las magneto-encefalografías… ¿Qué diablos puedes ver que no verías sin ellos?
Kia Nobre:
Lo que me interesa sobre todo es intentar entender cómo el cerebro es capaz de generar una vida mental tan rica como la nuestra; entender nuestra cognición.
Para hacerlo, intentamos mirar qué ocurre en el cerebro de una persona sana mientras piensa o percibe el mundo, así que utilizamos varios métodos distintos para intentar descifrar esa actividad mental.
El tiempo y el cerebro
Eduard Punset:
Hablemos un poquito del tiempo. Ya sabes, a mí me encantan los fósiles, tiendo a confiar mucho en el concepto geológico del tiempo, raramente tengo prisa …
Kia Nobre:
Vale, eso está bien.
Eduard Punset:
Estoy acostumbrado a pensar en millones de años pero otras personas no.
La mayoría de mis amigos son muy impacientes y están pendientes del tiempo todo el rato, cuentan los minutos para llegar a los sitios… Pero, ¿qué hace realmente el cerebro cuando se enfrenta al problema del tiempo? Quiero decir, ¿se trata de un concepto geológico?, ¿es instantáneo?, ¿es fugaz?
Kia Nobre:
Bueno, es un tema muy complicado. Obviamente, creo que el tiempo es un eje fundamental a la hora de organizar nuestras experiencias.
Quizás como personas no podamos recurrir tanto a las eras geológicas, pero sabemos muy poco sobre cómo está representado el tiempo en el cerebro. Diría que no sabemos prácticamente nada.
El marco temporal que yo estudio es, en realidad, la temporización del pensamiento, cosas como organizar la percepción y las acciones.
Estas cosas suceden más rápidamente que una mirada al reloj, en una escala de cientos de milisegundos, en menos de un segundo...
Ese campo de estudio, en el que intentamos entender la temporización del pensamiento, es muy prolífico en estos momentos, pero no tenemos todavía una noción generalmente aceptada de cómo está representada dicha temporización en el cerebro.
Eduard Punset:
Y, sin embargo, supongo, lo que estás diciendo es que la concepción que nuestro cerebro tiene del tiempo, si es que existe algo así, gestiona la forma que tenemos de percibir, comprender, comunicar, hablar… ¿Es así?
Kia Nobre:
Sí, es muy importante. Como he comentado, creo que la concepción del tiempo es un eje fundamental a la hora de ayudarnos a organizar y ordenar nuestros pensamientos y nuestro comportamiento.
Nuestro cerebro no es simplemente un receptáculo que almacena cosas y ordena toda la información que le llega sino que no cesa de hacer predicciones, proyecciones, y lo hace al dar expectativas de lo que es importante para nosotros como la identidad, el lugar donde se cumplirán, pero también la temporización.
Nuestra actividad cerebral, desde los primeros sistemas existentes, cambia su excitabilidad en función de nuestras expectativas temporales, basándonos en lo que ocurre en cada momento.
No siempre lo podemos controlar, no siempre somos conscientes de ello. Pero sucede todo el tiempo.
Eduard Punset:
Es fantástico porque lo que sugieres es que, en verdad, estamos haciendo predicciones todo el tiempo.
Que el cerebro manifiesta sus propias ideas sobre lo que está ocurriendo. Y al mismo tiempo, esta proyección se combina con elementos o información que el cerebro recibe del exterior.
Kia Nobre:
Sí, así es, sí.
Eduard Punset:
Así que todo es muy tenue, muy impreciso, ¿no?
Kia Nobre:
Bueno, depende de para qué creas que sirve la percepción.
Si piensas en ello como en una forma de obtener una visión fotográfica o cinematográfica del mundo, entonces, la verdad es que lo hace fatal.
Creemos que tenemos una buena película pero si la detenemos y ocultamos algunas partes de la escena y preguntamos, ¿qué había aquí?, ¿y allí?, la gente no tendrá ni idea.
En general, como mucho, vemos dos cosas en un momento dado.
Lo que sucede es que tenemos la sensación de verlo todo porque todas esas cosas son posibilidades, pero no están realmente codificadas.
Ahora bien, si pensamos que la percepción existe para ayudarnos a hacer lo que tenemos que hacer, para sobrevivir en este mundo, entonces, creo que, de hecho, es un muy buen sistema.
La realidad es distinta de cómo la vemos
Eduard Punset:
Bueno, el caso es conciliar lo que tú estás diciendo con lo que yo preguntaba hace muchos años a mis amigos físicos, yo les decía: "¿Es real el mundo exterior? ¿Es tal y como lo vemos?".
Otras personas me dirían más o menos lo que tú estás diciendo. Me dirían: "No es exactamente lo mismo porque la realidad es diferente."
Kia Nobre:
Sí. No cabe duda de que la realidad es distinta de cómo la vemos.
Cuando empecé en esta profesión, era 100% materialista –y, de hecho, sigo pensando que el cerebro nos dice muchas cosas sobre nuestro comportamiento– pero cuando nos centramos en esa verdad final, es decir, qué hay ahí fuera en el mundo real, la pregunta es sesuda.
He tenido la suerte de casarme con un filósofo, por eso en casa me recuerdan constantemente, como decimos en Brasil, que el agujero es algo más profundo.
Ya sabes, las cosas son complicadas y, al fin y al cabo, puede ser que el mundo no sea nada como lo que percibimos conscientemente.
Pero, a pesar de todo, podemos estudiar la cognición y su interacción con el mundo, nuestras acciones y el navegar por nuestra existencia de forma casi perpendicular al misterio que esconde esa gran pregunta. O sea, diría que existe un mundo ahí fuera pero no creo que pueda probártelo.
Eduard Punset:
Es fantástico lo que estamos sugiriendo porque, en realidad, estamos intentando contestar a la vieja pregunta de saber si el mundo que vemos es el mundo que existe tal cual, ¿no?
Y Kia nos está diciendo: "No estoy segura, pero en cambio sé que lo que estoy viendo me sirve." Es útil para mi propia vida.
Una vez, mientras reflexionaba sobre la parte útil del tiempo, me acordé de Eagleman, con quien has trabajado, –él estuvo en Redes hace algunos años–. Recuerdo algo que todo el mundo siente o percibe y es que cuando te sientes amenazado por algo terrible como un accidente, cuando vas a morir a no ser que algo ocurra, incluso cuando recuerdas esto, el tiempo pasa despacio.
El tiempo recordado no concuerda con el tiempo real… ¿Qué puedes contarme al respecto? ¿Es verdad?
Continúa...