Un cambio de paradigma, al final de cuentas,
Muchos juzgan que lo que está pasando es un desastre, se está perdiendo el control de todo. Las viejas muletas ya no sirven como apoyo. Las instituciones en general están en crisis profunda de credibilidad. La clase política está asfixiada por sus mentiras y doble moral. A la iglesia ya no les caben tantos pederastas escondidos bajo sus hábitos.
Los que juzgan por vocación, están siendo juzgados por las propias reglas que ellos impusieron. La serpiente mordiéndose la cola. La señal milenaria del colapso y la transformación.
La otra visión es la de los que creemos que todo tiene un propósito divino.
Que nada es bueno ni malo, todo es lo que es.
Todo nacimiento conlleva un proceso de transformación. Todo lo inimaginable ocurre. Es época de milagros.
Nacer es un milagro. Y también un acto salvaje.
En México está naciendo una nueva conciencia colectiva, entre los ciudadanos libres e independientes. El lugar de reunión es el corazón.
La cita es aquí y ahora.
Creer es poner tu energía vital en conexión con el poder divino. Tener fe es creer en tu propio corazón, confiar en tu cristo interno. Ser uno con Dios Padre.
La clase política tiene razones, los ciudadanos libres e independientes tenemos fe en el corazón.
La fe es la energía creadora de los grandes cambios sociales. Todo parte aguas histórico fue producto de la fe de un puñado de valientes que creyeron en su corazón.
Unos juzgan que estamos viviendo un estado fallido, otros creemos que estamos creando la evolución mexicana.
La evolución mexicana es el brinco cuántico de conciencia. Es cuando los ciudadanos toman el poder creador y transforman la realidad.
Ese es el cambio de paradigma.
Si crees en la evolución mexicana, únete al movimiento blanco de ciudadanos libres e independientes: no importa por quien votes, pero vota de blanco.
El viejo sistema muere cuando los ciudadanos logramos la unidad por encima de las razones políticas. Parto histórico.
Creer o juzgar, ese es el libre albedrío.
Por Santiago Pando