La Trofología
– La Ciencia de Combinar los Alimentos
♠ - " Lo que DEBEMOS SABER " - ♠
Cada
una de las enzimas que intervienen en la digestión tienen su efecto
sobre una clase de alimentos. Unas digieren los almidones, otras las
proteínas y unas terceras las grasas. El reconocido fisiólogo ruso
Pavlov demostró que cada tipo de alimento, da lugar a una actividad
particular en las glándulas digestivas. La capacidad de acción del jugo
gástrico varía de acuerdo con los alimentos que se consumen. Se forma un
jugo ácido, con la carne, o casi neutro, con poco ácido clorhídrico con
el pan, es decir varía su pH.
Los
alimentos más ricos en almidón son: los tubérculos (patata, boniato,
batata), los cereales (trigo, arroz, cebada, centeno, maíz...), las
raíces (zanahoria, remolacha, nabo, ...), la castaña y la calabaza.
Una alimentación sencilla se digiere mejor.
El
aparato digestivo « reconoce» los alimentos cuando no están demasiado
mezclados entre si y forma los jugos digestivos adecuados a cada uno de
ellos. Las enzimas o sustancias que actúan en la digestión de los
nutrientes son diferentes para las frutas o las verduras, los cereales o
los frutos secos, los lácteos o las legumbres.
En
su estado natural los animales llevan una alimentación sencilla y no
mezclan "varios platos" en la misma comida. Lo mismo ocurre con los
niños pequeños, cuando se les presenta una arroz con "tropiezos"
prefieren eliminar los tropiezos que sobran y comen sólo el arroz. Una
comida sencilla, es mucho más fácil de digerir y asimilar que otra con
muchas mezclas.
Las
transformaciones que sufren los alimentos en el estómago e intestino,
durante la digestión, son producidas por un grupo de sustancias o
agentes químicos llamados enzimas que van en los jugos digestivos. Estas
sustancias sólo actúan en condiciones favorables. Si las condiciones
cambian no actúan bien y surge la fermentación y putrefacción de los
nutrientes, y posterior intoxicación del organismo.
Cada
una de las enzimas que intervienen en la digestión tienen su efecto
sobre una clase de alimentos. Unas digieren los almidones, otras las
proteínas y unas terceras las grasas. El reconocido fisiólogo ruso
Pavlov demostró que cada tipo de alimento, da lugar a una actividad
particular en las glándulas digestivas. La capacidad de acción del jugo
gástrico varía de acuerdo con los alimentos que se consumen. Se forma un
jugo ácido, con la carne, o casi neutro, con poco ácido clorhídrico con
el pan, es decir varía su pH.
El
aparato digestivo forma siempre las enzimas adecuadas para la digestión
del alimento, como ya lo hemos dicho. Cuando comemos pan, el jugo
digestivo formado es el adecuado para el pan, y cuando comemos queso, el
aparato digestivo «reconoce» este alimento formando otro jugo digestivo
diferente y adecuado a su digestión. Cuando los mezclamos,
especialmente en grandes cantidades, no hay un buen « reconocimiento» ni
una formación adecua da de jugos digestivos, con la consecuente mala
digestión y la fermentación y putrefacción de la comida.
Las
mezclas de los alimentos concentrados o de más costosa y larga
digestión: pan, cereales, leche y sus derivados, legumbres, frutos
secos, huevos, y por supuesto las carnes y los pescados, en la misma
comida, dan lugar a una mala digestión. La fermentación y la
putrefacción de sus componentes da lugar a sustancias tóxicas, que al
ser absorbidas perjudican a todo el organismo. Esta es una de las causas
más importantes de enfermedades. Igualmente ocasionan un sinnúmero de
trastornos digestivos, que intentamos sean aliviados con bicarbonato,
medicamentos antiácidos, y otros fármacos. Dañamos de esta manera el
estómago y el intestino y luego los intentamos aliviar.
Para
evitar estos problemas aconsejamos una comida sencilla, sin muchas
mezclas. Es mejor comer un poco más de lo mismo que añadir otros platos
diferentes que traben la digestión.
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