LA FAMILIA DE LOS BARQUEROS
Esta familia proviene de un desprendimiento, de una escisión de la familia de los sanadores, aunque no se asocie con ella. Se mantiene muy estable, y esta estabilidad es esencial para la acción. Los barqueros tienen una misión especifica: en el más allá ayudan a las almas en transito por los diversos umbrales vibratorios que deben atravesar. Estan muy cerca de los umbrales angélicos y arcangelicos, de los umbrales de los maestros ascendidos y también de las chispas divina. Aquí abajo, asisten en los múltiples cambios que se dan en nuestro planeta: el paso de la infancia a la adolescencia o de un empleo a otro, el cambio de milenio, el transito de la muerte... Facilitan la experiencia del cambio, que es una época de evolución especial.
Las almas que la componen han pasado por un solo umbral vibratorio. Por eso su identidad no está tan consolidada como la de otras almas, puesto que deben salvaguardar constantemente la transparencia necesaria para asumir su función en el más allá, es decir, ayudar a que las almas pasen de chispa divina a alma y afinen su identidad.
Los barqueros también ayudan a la familia de los chamanes colaborando en el equilibrio de las transformaciones, de los cambios en el universo de almas y están muy ocupados. Entablan a menudo comunicación con el más allá y la noche es el momento mas propicio para ello. Durante la encarnación podrían exclamar al levantarse: "¡He trabajado duro esta noche!" y seria verdad, porque no paran nunca. De ahí la importancia de cuidar de su envoltura física, porque trabajan día y noche.
Sienten con frecuencia la nostalgia del mas allá y algunas, abrumadas por ese sentimiento, se extravían recurriendo a las drogas y sustancias alucinógenas para contrarrestar esta nostalgia, pues no saben que hacer con ella. Otras anhelan morir e incluso volver al estado de pura chispa divina, porque la identidad vibratoria de su alma no les interesa demasiado. Bordean el mundo de la no identidad, de la vacuidad divina, y eso puede mover a confusión, sobre todo para el alma encarnada. Como son muy fluidas, algunas intentan que su envoltura física se vuelva pesada, para evitar esa sensación de flotar. Necesitan enraizarse bien para actualizar al barquero que llevan dentro. Otras, con un cuerpo físico extremadamente delgado, por no decir casi transparente, deberán persistir en el enraizamiento a pesar de su débil constitución.
Por su identidad vibratoria, estas almas gozan de una gran cualidad: querer ayudar a las almas en todo momento y lugar. En cuanto alguien las necesite, que solicite su ayuda y acudirán sin falta. Las caracteriza una gran disponibilidad, de día y de noche; se entiende, pues, por que algunas de ella se extravían en el papel de salvadores. Los barqueros atraen a las almas errantes, que no tienen identidad o que la han perdido. Esas almas se dirigen a ellos porque los reconocen del mas allá, pues fueron ellos quienes las ayudaron a afinar su identidad vibratoria.
Son barqueros de amor, y el amor es lo único que cuenta y los alimenta.
4 comentarios:
Y como se yo si soy una de ellas...me dio escalofrios lo que acabo de leer...
Hola Catalina
Soy una barquera, lo sabido siempre. Es uan gozada cómo describe todas las familias de almas, Marie Lise Labonté. Me encantan sus libros.
Bonita entrada.
Saludos.
Soy barquera. Lo supe en un encuentro con M.L.Labonté hace unos años. Solo fuimos 2 barqueras de un muy numeroso grupo de personas. Al principio me causo mucho dolor y confusión y no me lo podia explicar. Nunca habia oido hablar de ello y tuve realmente una gran percepción en la meditación pues solo vi un rio, una barca y yo pasando gente de una orilla a otra. Cuando M.Lise empezó a recitar los nombres de la familia de almas y dijo barqueras, yo supe que ese era mi trabajo. Despues en el curso de mi vida he tenido amagos de acompañamientos casuales, pero hace poco más de unos dias que he sido testigo y parte consciente de un acompañamiento. Tengo que decir que ha sido muy emocionante para mi y una verdadera revolución interior. Me he sentido privilegiada y muy agradecida al alma que partió por elegirme para acompañarla en el final de su camino en la tierra. Yo no tengo formación como barquera, solo he leido muy atentamente el libro de Mari Lise Labonté pero pienso que un dia tendré la ocasión de estudiar con ella. Si es que debe pasar, pasará.
Cariños para Catalina y todos los demás.
Lolaenlaluz@yahoo.es
Hace muy poco llegó a mí, por casualidad, información sobre las familias de almas. Yo nunca había oído hablar de ello.
Ahora sé que soy barquero y ahora entiendo porqué toda mi vida he sido como un imán de gente perdida, atormentada o con problemas graves y ahora sé por qué terminé trabajando por casualidad en una residencia de ancianos y por qué prefiero estar con los que están a punto de morir, cogerles de la mano y acompañarles en esos momentos del final de su vida. Se me ponen los pelos de punta de la emoción.
Nati.
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