EL PER-DON – “POR FAVOR, PERDONAME…”
A quién le pido perdón? Si no hay culpa… porque tengo entonces que pedir perdón?
Desde nuestras memorias, pedir perdón es muy similar a decir “lo siento”… y finalmente concluimos que hemos hecho algo malo, por lo tanto no somos buenos.
Pedir perdón es un golpe bajo al ego. Es un paso más allá que decir “lo siento”. También está la “culpa” infiltrándose de algún modo, sólo para producirnos el conocido tormento ancestral.
Veamos cómo vemos el “perdón” desde nuestras memorias.
Cuando decimos que perdonamos a alguien, esto implica que consideramos que alguien nos hizo algo y, de hecho, eso ha sido algo malo. Alguien nos hizo algo malo y nosotros perdonamos el acto “hostil”. Todo este concepto es erróneo. El concepto entero está manchado por memorias.
Aceptar que alguien me hizo algo en contra de mi voluntad me pone en la categoría de víctima indefensa (rol favorito del ego y las memorias). Si he tomado el 100% de responsabilidad sobre todo lo que ocurre en mi vida, sólo YO soy dueño de mi vida y responsable por ella… y nadie puede hacerme nada, a menos que YO se lo permita.
De todos modos, aun sin este concepto… si realmente considero que alguien me hizo algo (aunque eso es imposible…), que además considero que es “malo”… decir que he perdonado, desde ya me está indicando que terminé colgado de eso y que no puedo olvidarlo. Estoy aceptando que me ha afectado (lo he permitido) y que no “perdono” nada… porque no logro liberarlo. TODO el concepto que tenemos acerca del perdón es una falacia ancestral. Incoherente de principio a fin, así como la mente errónea que lo originó.
El significado de PER-DONAR está incluido en la palabra misma. Ocurre lo mismo con la palabra en inglés: FOR-GIVE. Es un concepto demasiado simple y llano. PARA DAR… PARA ENTREGAR. Esto ya ha sido explicado en el apartado de la plegaria. Todo lo que me distrae del hecho de estar convencido de que lo tengo TODO (si tengo a Dios, lo tengo TODO… no me hace falta NADA), todo aquello que perturba mi Paz, es PARA ENTREGAR al Amor Divino.
Cuando digo “perdóname, por favor”… estoy hablando con la Divinidad DENTRO de mí… He reconocido que hay un concepto ó experiencia errónea, un concepto distorsionado que tengo que ENTREGAR al Amor Divino para que sea corregido. A su vez, al pedir perdón, estoy dispuesto a hacer lo correcto, a hacer enmiendas, a dar solución definitiva a mi elección errónea. Ya no lo necesito. No necesito eso que me perturba, que me enoja, que me enferma y me mata. Todo eso me distrae, me hace creer que me “falta” algo… y yo sé que eso no es posible, porque si tengo a la Divinidad obrando en mi vida, lo tengo TODO. No puede faltarme ninguna cosa! Si lo tengo TODO!
Cuando algo no anda “bien”, enseguida buscamos al culpable a nuestro alrededor (afuera). Somos livianos para juzgar a los Niños de Dios. Tenemos una tendencia a “glorificar” nuestras penas, carencias, enfermedades… hablamos sobre ellas, nos justificamos, nos victimizamos, nos sentimos culpables… Tenemos esta tendencia a “adorar” nuestros problemas… cuanto más engorrosos y retorcidos, mejor… Después de todo… qué haríamos sin nuestros problemas? Ellos definitivamente nos alejan de La Fuente. No podemos servir a dos amos al mismo tiempo… O glorificamos a Dios ó glorificamos a nuestros problemas (que en definitiva, son sólo nuestras memorias repitiéndose sin cesar en nuestro subconsciente). Por eso, al entregar todo aquello que nos distrae del hecho que no nos hace falta nada, porque al tener a Dios, lo tenemos todo, es un modo de decirle a la Divinidad que sólo ella nos basta… que no necesitamos ninguna otra cosa.
PERDONAR sólo significa “liberar”, “entregar”, “dejar ir”… para vivir el presente… que es un regalo… por eso se llama “presente”. Permitir que el presente sea lo que es… sin resistencia. Como nos dice el maestro Tolle: No hay nada más inútil que resistirse a lo que ES…
Les deseo la Paz, MÁS ALLÁ de toda comprensión.
2 comentarios:
Hola. Que bonito lo que leí. Ello me sirvió para mirar la otra cara de la moneda cuando pedimos perdón. El pedir perdón es un recurso maravilloso para aligerar las cargas de nuestra alma, que en definitiva es la gran tarea que hemos venido a desarrollar en cada una de nuestras existencias.
Me encantó este sitio ahora lo consulto diariamente, para aprender algo nuevo y nutritivo para mi espiritú todos los dias.
Gracias.
Gracias katiuska por tus palabras de elogio!!!
El aprendizaje nos lleva del perdón al amor... a esa octava alta, maravillosa y destellante.
Un abrazo y mucha Luz en tu vida
Catalina
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