Cierto día, un viajante le dijo al profeta:
Pero si ahora sigo gritando es únicamente para que no me cambien ellos a mí”.
Tal vez te parezca que en los últimos años has sido tú el que ha conducido tu vida a través de las decisiones que has tomado... pero detente por unos minutos y revisa cómo fue el proceso... tal vez descubras que, en realidad, hiciste la elección que otra persona te aconsejó o te sugirió que hicieras, porque querías complacerlo, por temor a sentirte rechazado, para no herirlo, para quedarte en el grupo, para que no te dejaran...
Son muchas las razones por las cuales, en un momento dado, te dejas influenciar por los demás.
Recuerda que tienes uno de los regalos más grandes que nos ha dado el universo:
el libre albedrío, esto significa que puedes elegir cómo vas a vivir cada situación o momento en tu vida.
Muchas personas te manipulan constantemente, sin que te des cuenta, haciéndote sentir responsable o culpable de una situación.
Aprende a usar el discernimiento para separar lo que es de lo que parece ser, de forma objetiva y clara.
Es importante analizar, siempre, la sugerencia o la información que otra persona nos da antes de dejarnos llevar por ella para tomar una decisión que pudiera ser definitiva en nuestra vida.
Hay un momento en nuestra vida, en el que tenemos que comenzar a ser responsables de tomar nuestras propias decisiones y, al mismo tiempo, asumir las consecuencias de la mismas con madurez, compromiso y dignidad cuando llegue el momento.
Depende de ti, de la interpretación que le das a cada uno de los eventos que se te presentan a lo largo del día, porque en realidad las situaciones no te afectan por lo que son en sí, sino por lo que tú interpretas acerca de cada una de ellas.
Entonces, por qué mantener siempre una visión negativa de todo lo que te sucede en la vida, cuando puedes tener una perspectiva positiva y optimista de tu vida y de todo lo que ocurra a tu alrededor.
Así, a pesar de que suceda lo contrario de lo que esperabas, podrás obtener algún beneficio de la situación y prepararte para perseverar en tu empeño de alcanzar, responsable y limpiamente, todo lo que te has propuesto.
Clave para aprender a conducir tu vida
Mantén un criterio propio y no te dejes influenciar por los demás sin verificar la veracidad de su información.
No te juzgues tan duramente y en lugar de preguntarte por qué lo hiciste, acepta que te equivocaste con calma y disponte a corregirlo para que no te vuelva a suceder.
Hecha a imagen y semejanza de Dios, con cualidades y talentos maravillosos.
Atrévete a ser auténtico, no tengas miedo de mostrarte como eres, sé tú mismo.
Evita a imitar a otros para ganar su aprobación o compañía.
Mostrar tus debilidades hará que los demás puedan quererte
como eres, sin vacíos o falsas expectativas.
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