Des-aprender el Victimismo
por Jennifer Hoffman
22 de Agosto de 2011
Traducción: Margarita López
Edición: El Manantial del Caduceo
¿Cómo podía ella validar sus emociones y permitirle soltarlas sin sentir también lástima por ella y por lo que le sucedió?
¿Cómo podía enseñarle a su hija a levantarse por encima de su experiencia de una manera poderosa, enfrentando a la vez su propia culpa como madre que no pudo protegerla?
Y enseñarle a su hija a tener cuidado en un mundo en el que enseñarles a nuestros hijos a tener miedo es algo que a menudo tenemos que hacer a fin de protegerlos de quienes quieran hacerles daño; pero no podemos hacer que se sientan como víctimas en el mundo.
Muchos niños experimentan situaciones de vida, a veces a una edad muy temprana, en la que son victimizados por otros. Es difícil para nosotros aceptar que los niños tienen su propio karma y que pueden tener estas experiencias a una edad temprana. Así como experimentamos impotencia para poder encontrar nuestro poder, también nos convertimos en víctimas para que podamos aprender a elevarnos por encima de la energía del victimismo.
Y como padres, a menudo nos sentimos tan afligidos por lo que les sucede a nuestros hijos que lo único que queremos hacer es protegerlos, validar su experiencia expresando nuestra propia culpa por nuestra incapacidad para protegerlos y nuestro miedo de que pueda volver a ocurrir.
Pensamos que apoyar a nuestros hijos en su victimismo valida su experiencia, les permite saber cuánto sentimos lo que ocurrió y lo dispuestos que estamos a apoyarlos y consolarlos. Pero hay una línea muy fina que cruzamos al hacer eso, porque al enseñarles a nuestros hijos que ellos fueron víctimas en esa situación, y lo fueron, les permitimos quedarse atascados en esa mentalidad y se quedan allí, permitiéndose ser victimizados de niños y luego de adultos.
Así que podemos hacer otra cosa, que es reconocer que han sido víctimas y luego llevarlos a una comprensión más poderosa de esa experiencia.
“Esto sucedió y eres poderoso a pesar de eso”, es una declaración mucho más poderosa que: “Esto sucedió y sufriste y todavía sufres por ello”. No importa cuán joven sea el niño, recordarles su poder es algo que podemos hacer todos los días, ya sea que hayan tenido o no la experiencia de ser víctimas. Cuando lo hacemos, les permitimos conectar con sus aspectos más poderosos y eso es lo que ellos van a utilizar para conectarse con el mundo y es mucho más beneficioso que enfrentar al mundo como víctimas.
Estamos en una nueva energía, creando un mundo nuevo.
Seamos conscientes de nuestras elecciones.
¿Queremos seguir creando competencias y desazón? ¿O preferimos la colaboración e integridad?
Por favor, honremos la labor de cada persona que hace su parte para que nos lleguen estos mensajes, respetando la totalidad de los créditos. Gracias.
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