La Clave para el entendimiento de la génesis del pensamiento, está en el Evangelio del Apóstol San Juan, cuando afirma: « En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Todas las cosas por Él fueron hechas; y sin Él nada de lo que es hecho, fue hecho» (Juan 1, 1-3).
En el sentido literario, el verbo significa la palabra, palabra que en la expresión del Apóstol San Juan estuvo en el pensamiento de Dios, visto que «el Verbo era Dios». Y todas las cosas fueron hechas por Dios, por el pensamiento de Dios. Sobre la creación del alma, se encuentra en la Génesis que «Y fue el hombre en alma viviente» (Génesis 2, 7).
Como criatura de Dios, el alma tiene, en proporciones infinitamente menores, las cualidades de su Creador, siendo dotadas de ese don maravilloso de pensar y, a través de los pensamientos, proferir las palabras y participar en la obra de la Creación.
Haciendo un análisis de la relación entre alma y pensamiento, Allan Kardec en El Libro de los Espíritus, en el ítem 89ª, emplea una figura de lenguaje semejante a la que está en el Evangelio de San Juan, diciendo: «Cuando el pensamiento está en alguna parte, el alma también ahí está, ya que es el alma quien piensa. El pensamiento es el atributo».
En el mensaje del Apóstol San Juan, el pensamiento de Dios es un atributo del Alma o Espíritu de Dios y, en la de Allan Kardec, el pensamiento del hombre es, igualmente, un atributo del alma o espíritu del hombre. Por el hecho de que los seres humanos estén dotados de la facultad de pensar son, del mismo modo, dotados de la capacidad de articular palabras, característica que los distingue de los animales. La creación del alma humana provino de un acto positivo del pensamiento de Dios. Y, del mismo modo los seres humanos pueden utilizar correctamente el pensamiento, para la realización de sus objetivos en la Tierra.
Extraído del libro "Enfermedades del alma
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