domingo, 24 de junio de 2012
**Mirando lo que no quiero ver...
Estos sentimientos vienen en muchas formas, desde extrañas imágenes, o
fragmentos de información hasta sueños recurrentes y sentimientos que
surgen aparentemente sin razón. De cualquier forma que vengan, y no
importa qué tan temibles parezcan, estos mensajeros traen la información
que necesitamos para poder crecer.
Cuando estamos cansados de empujar algo hacia abajo, o tratando de
escapar de ello, un buen primer paso es escribir lo que creemos que
estamos evitando. A menudo esto resulta ser sólo la superficie del
asunto o un símbolo de alguna otra cosa. Expresarnos plenamente en el
papel es una forma segura de comenzar a explorar el oscuro territorio
del inconsciente.
La frialdad del intelecto nos puede dar la distancia que necesitamos
para leer lo que hemos escrito y tener menos miedo de ello. Ayuda
recordar que no importa lo oscuro o negativo que sean nuestros
pensamientos o sentimientos, estas energías son compartidas por toda la
humanidad. No estamos solos en la oscuridad, y todos los gurús y
maestros que admiramos tuvieron que atravesar su propio territorio
emocional sin procesar para poder salir al otro lado más brillantes y
sabios.
Esto nos puede dar el valor que necesitamos para abrir el cofre del tesoro de lo que hemos estado evitando.
Dentro de las partes de nosotros mismos que no queremos ver, hay
emociones que necesitan ser sentidas. Las emociones sin sentir son
energía atascada, y cuando dejamos emociones sin procesar, nos privamos
del acceso a esa energía. Cuando nos sintamos lo suficientemente
fuertes, podemos comenzar el proceso de sentir esas emociones, por
nuestra propia cuenta o con la guía de un consejero espiritual. Es a
través de este trabajo que el tesoro enterrado de la energía y la
inspiración fluirá desde nuestros corazones, dándonos el valor de mirar a
todas las partes de nosotros mismos con visión y compasión.
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