El ALMA cuando nace en el cuerpo de un bebé, no es un ser extraño, un recién llegado a la tierra. Ella trae experiencias y conocimientos de vivencias anteriores.
El ALMA cambia tan solo de campo vibratorio, su yo interior permanece inalterable, ya que el cambio hacia un cuerpo físico todavía inmaduro no anula la sabiduría acumulada en existencias anteriores.
Para el ALMA, cada vida terrestre es como un día en la vida de una persona. Cada día debemos continuar con el proyecto que emprendimos ayer. Si una persona se enferma y no se restablece por completo ese mismo día, se despertará al día siguiente con su enfermedad, que deberá seguir curando.
Cuando una persona nace con una enfermedad congénita, con un defecto físico indica que el ALMA que se encarna trae consigo algo que no resolvió en una vida anterior. Los males de la presente existencia son los frutos de causas indebidas sembradas por cada cual en sus anteriores vidas y que ahora, en el presente, vienen a producir su debido efecto, sus frutos naturales, puesto que se cosecha solamente aquello que se siembra y no otra cosa distinta. En el plano físico ocurre exactamente lo mismo, el que siembre lechugas que no espere recoger tomates.
También hay personas que "eligen" venir con una malformación concreta que le servirá como estímulo para desarrollar una cualidad de su ALMA.
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