Nueva Vida: "la tuya"
20. Probablemente, presientes el Cambio y lo notas bullir en tu interior. Es hora de descorcharlo de manera “personal”, íntima, a través de una Nueva Vida que nada ni nadie puede hacer por ti. Y esta expresión, Nueva Vida, no admite equívocos. Consiste en transformar tu día a día, desde que te levantas por la mañana hasta que te acuestas por la noche y también mientras duermes y sueñas. Y de transformarlo para que, en cada instante de tu vida, ésta vibre en consonancia con la frecuencia de la nueva Dimensión: la frecuencia en la que ya vibra la Nueva Tierra y en la que tú has de vibrar para hacer Realidad la Nueva Humanidad.
21. Lo más curioso es que para dar paso a esta transformación no tienes que añadir nada a tu vida. Al contrario: se trata de quitarle cargas y aditivos, liberarla de lastres y aditamentos, despojarla de faenas y obligaciones, desprenderla de reglas, normas, costumbres y “valores” impuestos, aligerarla de bienes y anhelos materiales, vaciarla de tesis, antítesis e hipótesis,… ¡podarla de tanta hojarasca inútil que evita que brote la flor de lo que auténticamente Eres!. Esto desconcierta a tu mente, que opera en la ficción de que cualquier cambio conlleva un “trabajo” y va ligado a incorporar nuevas cosas. Y en ese convenci-miento, te empuja con ahínco para que conduzcas tus inquietudes de Cambio y metamorfosis interior a una vía muerta, a un callejón sin salida: la del “supermercado espiritual” -¡oh, qué teoría más interesante, qué maravillosa práctica, qué maestro, qué taller o charla tan concluyente, ¿cuándo es la próxima?, qué libro, qué video, que pps,…- que te mantienen enganchado a una “espiritualidad intelectual”. Pero la Nueva Vida surge de un Cambio desde el Corazón, no desde la mente, y pasa inexorablemente porque tu vida se convierta en más simple y menos compleja, más natural y menos artificiosa, más fluida y menos plúmbea.
22. Para entenderlo mejor, recuerda lo que al comienzo de estos párrafos se señaló acerca de la nueva Dimensión a la que transita la Tierra: es menos densa y más sutil; la energía del Amor fluye y resuena en ella en un contexto vibracional más afinado con relación a la Fuente de la que todo Emana y en la que Todo Es; y está bañada por el Rayo de la Creación sin tantas interferencias como distorsionan su Luz en la Tercera Dimensión. Es por esto que tu Nueva Vida no requiere que sumes nada a la actual, sino que minores el peso que soporta; que elimines las capas con las que, cual cebolla, te has revestido y te impiden ser quien Eres; que elimines, en definitiva, tantas interferencias que dificultan tu sintonía con el Rayo de la Creación, con la Fuente de la que procedes y en la que Eres, con la Energía Crística y con la Fuerza del Amor.
Vida Sencilla
23. Por tanto, la Nueva Vida no radica en “saber”: no precisa de conocimientos, ni teorías, ni creencias, ni la larga ristra de ideas y conceptos, dimes y diretes que apasionan a tu mente y, casi sin darte cuenta, te aprisionan entre sus barrotes. Y tampoco en “hacer”: no necesita tareas, ni deberes, ni sacrificios, ni prácticas de un tipo u otro. La Nueva Vida ni precisa “saberes”, ni necesita “quehaceres” porque es, esencialmente, una Vida Sencilla.
24. Los textos sagrados de todas las culturas y corrientes espirituales se refieren a ello. Por ejemplo, en el ámbito cristiano, el Evangelio de Mateo(11, 25-30) ensalza la Vida Sencilla con esta memorable afirmación de Jesús: “Te doy gracias, Padre, porque has escondido estas cosas a sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla”. Bella y líricamente, Juan de la Cruz sublimó este agradecimiento al Padre con sus célebres versos sobre la “vida descansada”, “la del que huye del mundanal ruido”. Una Sencillez que nada tiene que ver, como a menudo se malinterpreta, con ningún tipo de tosco catetismo o bucólico aldeanismo, sino que reclama que despiertes a tu Niño Interior (Inocencia, confianza en la Providencia, vivir el ahora, ausencia de miedos y pre-ocupaciones, alegría,…); una Sencillez que contiene en su esencia la profunda exigencia de una Nueva Vida que supere el mundanal ruido, esto es, las interferencias, capas y distorsiones que entorpecen, cuando no impiden, tu conexión conla Nueva Tierra, el Rayo de la Creación y contigo mismo.
25. Eres el alfarero de tu vida y tienes entre tus manos todo el barro que necesitas para moldearla de la forma que entiendas oportuno y bajo tu total responsabilidad: con cada movimiento de tus manos y dedos, sea consciente o inconciente, estás forjando tu vida al 100 por 100 y en cada momento. Sin embargo, insistes obsesivamente en quejarte de la vida como si fuera ajena a ti mismo -culpando a los demás, a las circunstancias,…- y, en pedir “más barro” –más saberes, más conocimientos, más bienes, más medios, más maestros, más remedios, más años,…-. Y en esa ansiedad obsesiva olvidas que, mientras te quejas y demandas “barro”, tus manos y dedos continúan moldeando tu vida al 100 por 100 y de instante en instante. Pues bien, es hora de que adquieras Consciencia de tu poder y, desde el Corazón, uses tu Voluntad para fraguar una Nueva Vida y, a través de ella, forjar la Nueva Humanidad.
26. ¿Tan complicado te parece?. La Nueva Vida conlleva lo que está enteramente a tu alcance: que reformes tus prioridades cotidianas, que reorganices tu agenda diaria para llenarla de sencillez, que vivas el presente,… . Tú mejor que nadie sabes cómo, pues ¡es tu vida!. ¿Quieres, no obstante, algunos botones de muestra, algunas pistas?. Pues no: ¡no necesitas más “barro”!; desengánchate de una vez de la “espiritualidad intelectual”. Tú eres quien has de sentir el Cambio en tu Corazón -Corazón Consciente pleno y lleno de Energía Crística- y ser coherente con ese sentir -que es Ser, Unidad y Amor- por medio de tu Nueva Vida.
La Nueva Humanidad está en tus manos
27. El Camino A es “horizontal”: se avanza en él con saberes y quehaceres. El Camino B es “vertical”: en él no se avanza, ¡se fluye!. No puedes tomar el Camino B bajo las pautas y normas del A; entre B y A no existe compatibilidad alguna, ni posible punto de encuentro; y desde B no hay “actuación” posible en A, salvo envolver a los que por él transitan en el Amor y la Unidad desde la Consciencia de que son Tú mismo viviendo otras experiencias conscienciales.
28. Conviene repetirlo: en el Camino B no se avanza, se fluye. El Camino B requiere ¡fluir!:
+Fluir “verticalmente” entre la Nueva Tierra y el Rayo de la Creación para que éste te bañe sin las interferencias que distorsionan su Luz (Esencia Divina genuina y pura) en la Tercera Dimensión.
+Fluir dispuesto a aceptar los profundos cambios interiores y espirituales que ello conlleva y sus no menos intensas manifestaciones exteriores (cambios físicos, biológicos, mentales, materiales,…).
+Fluir con todas sus consecuencias y sin mirar hacia atrás (ver entrada Ser, Fluir, Vivir publicada en el Blog el pasado 13 de enero).
29. Date cuenta de que el Camino B es el del "retorno al Hogar": un camino de acercamiento a la Fuente (Padre/Madre) de la que todo Emana y en la que Todo Es. Y recuerda lo que, inmerso ya en el proceso de vuelta a su hogar, hizo Ulises: se amarró con fuerza al palo (plano “vertical”) para evitar que los cantos de sirena (“mundanal ruido”) procedentes de su entorno (plano “horizontal”) lo apartaran del camino de regreso.
30. La Nueva Tierra está llamando a tu puerta. Clama para que tomes el sendero de una vida cuya Sabiduría radica en la Sencillez necesaria para Fluir y Resonar con la Fuente, con el Padre/Madre. Lo denominan salto dimensional. Y lo es. Pero se trata sobre todo de una Nueva Vida, la tuya, que plasma y crea en la Realidad la Nueva Humanidad.
31. Por tanto, la Nueva Humanidad en la Nueva Tierra, esto es, El Cielo en la Tierra, luce en su colofón el mismo broche que Win Wenders colocó cual cierre a su colosal película El Cielo sobre Berlín: “Tú decides el juego para todos. Yo estoy a punto. Ahora te toca a ti. El juego está en tus manos. Ahora o nunca”.
En la Unidad, con Amor - Emilio Carrillo.
- Jueves, 27 de Enero de 2011
www.redconsciencialdeandalucia.es
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