viernes, 15 de julio de 2011
**2021: LA COHERENCIA DEL DECIR TAMBIEN ES LUZ
2012:
Esta idea de FINAL cierra, de alguna manera, las puertas a la posibilidad de cambio.
Y todo cambio se genera en la transformación: algo termina o se transforma para generar o iniciar otra cosa. Y es así como se da lugar al nacimiento o inicio de ese algo.
Muchas personas que se hacen llamar espirituales nos llenan las casillas de mails y a través de la propaganda apocalíptica, de películas en las que aseguran que nuestro futuro será un caos y tan solo sobreviviremos si vienen a rescatarnos… algo curioso, si consideramos que para afrontar los “tiempos difíciles” se necesita entereza y serenidad. Pero por el contrario nos bombardean con la idea de atemorizarnos utilizando la propaganda de la catástrofe y ofreciéndonos, inclusive, un mensaje esperanzador y de salvación siempre y cuando seamos sus adeptos.
Y es que tan solo de esta manera, estamos plasmando y haciendo que se concrete aquello a lo que tanto tememos: el miedo es generador de desorden, violencia y caos. Es este mismo miedo el que genera en nosotros la ilusión de separatividad, alejándonos los unos de los otros y creando corazas y barreras que impiden la manifestación de la energía del amor, pero que -al mismo tiempo- son el campo propicio para la siembra de un mundo violento.
Si vemos las cosas desde un lado objetivo podremos vislumbrar que estamos viviendo una etapa importante en la evolución de nuestra tierra. Y, como especie, sentimos y vibramos en medio de estos cambios. Cambios que no se han generado ahora, sino que vienen gestándose en la profundidad desde hace ya un tiempo.
Son muchas las transformaciones que estamos experimentando y vivimos en una constante de cambios permanentes, así que ¿qué mejor manera de afrontar los cambios que con energía positiva, en paz y en el encuentro con nosotros mismos?
Es fundamental confiar en nuestra intuición, dejándonos llevar por ella. Estar atentos y alertas, sin perder de vista nuestro estado interior y entendiendo que si se viene una gran transformación esa debe ser una transformación interna, para bien de nosotros mismos como seres individuales que somos, pero también para bien de toda nuestra tierra, como un órgano vivo y unificado al cual pertenecemos.
Si la magnitud del cambio es a nivel global, entonces será porque de alguna manera lo necesitamos.
Todo evoluciona en algún sentido y estas transiciones a veces no son del todo cómodas y agradables. Mucho menos hoy, en un momento en el que todas las estructuras sobre las cuales basamos nuestra existencia han caducado y requieren de un cambio de fondo importante, para el bien común de la especie humana.
Claudia Alejandra Ingénito
Los mensajes catastróficos han sido utilizados como medio para infundir temor en los pueblos. Lamentablemente el avance tecnológico al que ha llegado la humanidad no ha servido para evitar este tipo de manejos, muy por el contrario se utilizan estos mecanismos de terrorismo emocional para dirigir a millones de personas hacia donde el poder lo requiere.
Los titulares de Guerras en nombre de la Libertad, las cuales solo son generadas para probar nuevos armamentos o para que grandes empresas multinacionales se sigan enriqueciendo a costa –inclusive- de la inmolación de inocentes o la difusión mediática de tremendas enfermedades que terminaran en pandemias, hablan por sí mismos de la crueldad que se manifiesta con la intención de obtener más y más poder y de tapar bajo un manto de mentiras, realidades tremendas como el hambre, la desocupación y miseria.
Muchas Religiones han sido creadas y transmitidas bajo el terror al “Día del Juicio Final” o sobre la contradicción del Dios benevolente que con su ira nos puede convertir en polvo si no se siguen sus preceptos. Esta es una constante que se acentúa desde hace unos pocos años, primeramente con el supuesto fin del mundo en el año 2000, y, en la actualidad con la destrucción total del Planeta predicha para el año 2012 -según lo entienden muchos “estudiosos y entendidos” del calendario Maya-.
Lo siniestro del caso no es en sí lo que muchos entienden como final de la vida sobre la tierra, sino el hecho de que el mensaje apocalíptico provine de muchas personas que se dicen “espirituales” y que con su actitud no hacen más que alimentar la ignorancia, el temor y el juego de aquellos que se benefician con todo ello.
El Calendario legado por los Mayas no puntualiza en finales, sino que habla de acontecimientos especiales y particulares, pero que están referidos a cambios lógicos y necesarios en toda etapa evolutiva: el fin de una etapa para el inicio de otra en una espiral mayor de conciencia.
Lo que pase o no será cuestión del momento por lo que considero que el mejor de los mensajes que se puede dar, es el que nos han legado tantos Maestros a lo largo de la historia que es el del Amor, el respeto y la verdad comenzando por uno mismo.
Este es el mensaje que tienen que dar aquellos seres que sienten la necesidad de hacer algo por el prójimo, ese es el mensaje de la Luz, todo lo que no sea dicho desde esa perspectiva no hace más que ensombrecer los corazones y retrasar el ascenso espiritual de una humanidad que, desde el espíritu, necesita manifestarse como más humana.
Lic. José Antonio Sala
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