Puede significar también perfección.
Es un estado de existencia en el cual no media la mente.
Está libre de lujuria, ira y deseos.
Todas las pasiones y emociones son transformadas y pacificadas, y uno ya no es objeto del sufrimiento.
Un estado de pura consciencia y dicha, la mayor de las felicidades. No es una felicidad como en el sentido del día a día, sino una felicidad trascendental, eterna y calmada.
Su amor y su compasión crecieron y continuó descubriendo más verdades universales.
Describió lo que hace a un Buda, cómo llegar a ser uno y qué nos espera más allá de esta corta vida. Lo más importante de todo es que ese amor y esa compasión las logró transmitir a sus seguidores, y hoy en día no se oye hablar de conflictos Budistas en el mundo.
Soy testigo de que una vida de amor y compasión se puede vivir y disfrutar plenamente.
Grandes figuras como el Dalai Lama hablan de que "el amor es mi religión",
Hoy en día hay maestros vivos, con tanto poder espiritual como Siddhārtha, en calidad de Budas vivientes.
Ellos nos enseñan muchas cosas, si los podemos encontrar. Una forma práctica de seguir los caminos de Buda es mediante los llamados "cinco preceptos":
Abstenerse de decir lo que no es cierto.
Abstenerse de tomar lo que no le pertenece.
Abstenerse de una vida sexual desordenada.
Abstenerse de consumir intoxicantes.
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