Excelente la explicación sobre la Resonancia electromagnética Schumann. El texto es comprensible, didáctico, preciso, sintético. Separa lo principal de lo accesorio. Describe que a partir del año 1980 la frecuencia de 7.83 hertzios de la Resonancia Schumann comienza a cambiar intensificándose en los años 90 hasta 13 hertzios, trayendo como consecuencia desequilibrios climáticos,telúricos, ecológicos, manifestaciones y protestas generales de los hombres, tensiones individuales, grupales a nivel mundial ,debido a la aceleración de la tierra , la jornada de 24 horas, ya no lo es...parece ser que es de 16 hs. Pero lo maravilloso de todo esto es que tanto los vertebrados como nosotros tenemos en nuestro cerebro: 7.83 hertzios... al igual que la tierra. La tierra es un organismo vivo, tiene pulsaciones,sentimientos, pensamientos, luminosidad y la energía unificadora, del amor...Para que Gaia comience a equilibrarce, armonizarse, tranquilizarse y no exprese su furia como suele hacerlo, primeramente la humanidad toda debe hacer un giro de 360º... Es que somos uno con la tierra,!!somos la tierra!! Tenemos la misma naturaleza, estamos envueltos en el mismo campo electromagnético . El hombre debe cambiar su comportamiento, sus actitudes, sus conductas erradas tendientes a separar, discriminar. Debemos Utilizar la energía del Amor que es la energía de unificación .Evaluar nuestro proceder en cada acto de nuestra existencia utilizando la voluntad al bien y la correctas relaciones.Estamos en ese gran cambio, nada fácil por cierto...es ir contra el sistema, éste sistema de capitalismo salvaje que está destruyendo al planeta y a la humanidad toda.Lo haremos sin duda, las voces se están manifestando por una sociedad mas justa, libre, equitativa, donde reine la fraternidad, la justicia social ,la igualdad de oportunidades, donde La luz brille para todos con la misma intensidad.
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¿Cómo nos afecta la Resonancia Schumann?
No sólo las personas mayores, también las jóvenes experimentan que todo se está acelerando excesivamente.
Ayer fue carnaval, dentro de poco será Pascua, un poco más y será Navidad.
Cambiamos de Año...y... Ya pasaron los reyes...!!!
La “Resonancia Schumann” trata de explicarlo.
El físico alemán W.O. Schumann constató en 1952 que la Tierra esta rodeada de un campo electromagnético poderoso que se forma entre el suelo y la parte inferior de la ionosfera situada a unos 100 km por encima de nosotros. Ese campo posee una resonancia (de ahí el nombre de resonancia Schumann) más o menos constante del orden de 7,83 pulsaciones por segundo. Funciona como si fuera un marcapasos, responsable del equilibrio de la biosfera, condición común de todas las formas de vida.
También se ha comprobado que todos los vertebrados y nuestro cerebro están dotados de esa misma frecuencia de 7,83 hertzios.
Empíricamente se ha constatado que no podemos ser saludables fuera de esta frecuencia biológica natural.
Siempre que los astronautas, en razón de los viajes espaciales, quedaban fuera de la resonancia Schumann, se enfermaban. Pero sometidos a la acción de un “simulador Schumann” recuperaban el equilibrio y la salud.
Por miles de años el palpitar del corazón de la Tierra ha tenido esta frecuencia de pulsaciones y la vida se ha desarrollado en un relativo equilibrio ecológico. Sucede, sin embargo, que a partir de los años 80, y de forma más acentuada a partir de los años 90, la frecuencia se elevó de 7,83 a 13 hertzios.
El corazón de la Tierra se disparó y de manera coincidente se hicieron sentir desequilibrios ecológicos: perturbaciones climáticas, mayor actividad de los volcanes, crecimiento de tensiones y conflictos en el mundo y aumento general de comportamientos desviados en las personas, entre otros.
Debido a la aceleración general, la jornada de 24 horas es, en realidad, solamente de 16 horas.
Por lo tanto, la percepción de que todo está pasando demasiado rápido no es ilusoria, tendría una base real en este trastorno de la Resonancia Schumann.
¿La Tierra, ese super-organismo vivo, está buscando la manera de equilibrarse?
Gaia, ese superorganismo vivo que es nuestra Madre Tierra, debe de estar buscando formas de recuperar su equilibrio natural.
Y lo conseguirá, pero no sabemos a qué precio, precio que será pagado por la biosfera y por los seres humanos. Aquí se abre un espacio para que grupos esotéricos y otros futuristas proyecten escenarios, ya dramáticos, con catástrofes terribles, ya esperanzadores, como la irrupción de la cuarta dimensión mediante la cual todos seremos más intuitivos, más espirituales y más sintonizados con el biorritmo de la Tierra…
No pretendo reforzar este tipo de interpretación. Solamente enfatizo la tesis -recurrente entre grandes cosmólogos y biólogos- de que la Tierra es, efectivamente, un superorganismo vivo, de que Tierra y Humanidad formamos una única entidad, como los astronautas declaran desde sus naves espaciales.
Nosotros, los seres humanos, somos Tierra que siente, piensa, ama y venera. Y por serlo, poseemos la misma naturaleza bioeléctrica y estamos envueltos por las mismas ondas resonantes Schumann. Si queremos que la Tierra reencuentre su equilibrio debemos comenzar por nosotros mismos: hacer todo sin estrés, con más serenidad, con más amor -que es una energía esencialmente armonizadora-. Para eso hemos de tener el valor de enfrentarnos a la cultura dominante, que nos obliga a ser cada vez más competitivos y eficientes. Necesitamos respirar juntos con la Tierra para conspirar con ella para la Paz.
Tomado de la webb
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