Dibujo de: guillermo altclas
SANACIÓN y CRECIMIENTO.
Incluye resolver el karma y nuestra creencia de que estamos separados de la Fuente.
Crecimiento:
Puede ocurrir una vez que podemos sanar cualquier aspecto de nuestro karma, sin importar cuán insignificante creamos que sea.
Nuestros miedos representan las herramientas de aprendizaje en nuestro viaje espiritual pero sin entendimiento ellas pueden convertirse en el enfoque de nuestra vida.
Entramos a cada vida con almas heridas a un nivel energético y con cada vida nos damos a la tarea de descubrir la fuente de estas heridas y sanarlas. Hacemos esto a través de la experimentación de nuestros miedos. Podemos tener muchos miedos, conscientes e inconscientes, creados en esta vida o traídos de vidas previas. Incluso podemos tener miedo de nuestros miedos y si no estamos conscientes, nuestros miedos pueden entrar en control y dirigir cada aspecto de nuestra vida.
Mientras que es contrario a nuestra naturaleza espiritual tener miedos, es parte de nuestra experiencia material o mundana tenerlos.
Generalmente no podemos recordar claramente las vidas de trauma emocional que hemos experimentado, ellos tienden a ser pequeños e incoherentes pensamientos que permanecen en el fondo de nuestra mente y surgen ocasionalmente.
Por ejemplo...
* Alguien que tiene miedo a las aguas abiertas se ha ahogado o se ha perdido en el mar o incluso experimentado la muerte por ahogo de algún ser querido.
* Alguien que tiene miedo a las alturas quizá haya sido aventado por un precipicio como un castigo o sacrificio, o haya sido forzado a saltar desde un precipicio hacia su muerta para escapar de sus perseguidores.
* Alguien que tiene miedo a los animales grandes como los leones quizá hayan tenido una vida en la antigua Roma en donde fueron forzados a pelear y fueron asesinados por uno de estos animales.
Estas partes de nuestro pasado pueden parecer tan removidas de nuestra actual realidad que los escenarios descritos arriba pueden parecer improbables, hasta que tenemos una experiencia que nos llena con un horror innombrable que proviene de un lugar que es tan profundo y desconocido que no tenemos idea de qué hacer con eso, de dónde viene o cómo superarlo.
Cuando es tiempo de que confrontemos estos miedos algo sucede en nuestra actual realidad para ayudarles a salir al frente de nuestros pensamientos.
Cuando estamos en pánico, nos volvemos altamente emocionales, sentirnos “impulsados” por personas o eventos es una señal importante de que nos estamos conectando a un miedo antiguo. Desafortunadamente, sin la habilidad de desapegarnos y apreciar la situación desde una perspectiva diferente entramos en nuestros miedos, los actuamos y ellos toman el control.
Eso no quiere decir que alguien que tiene miedo a las alturas debería hacer un salto bungee o que la persona que tiene miedo a los leones debería obtener un trabajo en un circo como domador de leones.
Quiere decir que tenemos que mirar que hay más allá del miedo, de la herida emocional que experimentamos como un resultado del trauma porque esto es lo que mantiene el secreto de nuestros miedos.
Estos traumas emocionales con frecuencia incluyen ira, en la pérdida de nuestra vida o de alguien que amamos, en una situación injusta en la que no tuvimos control, en no ser poderosos, sentirse rechazados, destruidos financiera y emocionalmente, físicamente abusados o porque nuestra vida fue destruida por una traición, un enemigo o un amigo.
La ira que hierve a fuego lento por vidas puede ser muy destructiva, para nosotros y los demás, una vez que estalla en nuestra vida.
Y como parte de nuestro viaje de sanación debemos enfrentar esta ira y liberarla. Entonces hacemos un viaje oscuro hacia nuestros miedos para descubrirlos.
Y cuando hacemos este viaje al miedo quizá nos confundimos más. Si lo que tememos no es lo que en verdad tememos, entonces ¿a qué tememos o cómo averiguamos eso? Para hacerlo, tenemos que mirar los dos aspectos de nuestros miedos, el consciente y el inconsciente.
* Nuestros miedos conscientes, aquellos que reconocemos, tales como el miedo al agua, tienen información importante sobre nuestros miedos inconscientes.
* Son nuestros miedos inconscientes los que alimentan nuestros miedos conscientes. Entonces cada miedo que tenemos tiene dos componentes, lo que sabemos que tememos, como el agua, y lo que sucedió para crear ese miedo, un trauma emocional de vida pasada que involucra el agua.
Estos son simples ejemplos pero son muy importantes. Cuando le decimos al Universo que queremos avanzar en nuestra vida y quitar los bloqueos a nuestra sanación y transformación, abrimos la puerta para permitir que estos miedos surjan, pues ellos forman la base de estos bloqueos.
Al enfrentarnos con nuestros miedos tenemos otra elección que hacer, qué haremos con el miedo en esta vida.
Lo que hayamos hecho en el pasado ya lo hemos repetido, generalmente muchas veces.
* La elección es simple, entender y superar el miedo para que pueda ser sanado.
* O permanecer como su víctima, vivir sus consecuencias y tomar la lección nuevamente en otra vida.
Nuestra elección es importante porque repetirá la lección si no podemos aprenderla, en esta vida y en las sucesivas.
Cuando sea que seamos confrontados con una situación que nos desafíe a un nivel emocional, en donde nos sintamos sin poder, indefensos y fuera de control, estamos encontrando un miedo.
Podemos darle rienda suelta en nuestra vida o podemos recordar nuestra tarea y saber que somos seres poderosos, espirituales y divinos que hemos venido aquí para sanarnos a nosotros y al mundo del miedo, para terminar la dualidad, para liberar la humanidad de la esclavitud del miedo y traer el cielo a la tierra en donde no hay miedo y todos podemos experimentar la energía expansiva del amor incondicional.
Jennifer Hoffman es una intuitiva, sanadora espiritual, mentora, maestra y autora. También canaliza la energía del Arcángel Uriel. www.urielheals.com
2 comentarios:
FELIZ DIA DEL AMIGO
Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices
por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino.
Algunas recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar,
mas otras apenas vemos entre un paso y otro.
A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos.
Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos.
El primero que nace del brote es nuestro amigo papá y nuestra amiga mamá,
que nos muestra lo que es la vida.
Después vienen los amigos hermanos,
con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros.
Pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien.
Mas el destino nos presenta a otros amigos,
los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino.
A muchos de ellos los denominamos amigos del alma, de corazón.
Son sinceros, son verdaderos.
Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz.
Y a veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón
y entonces es llamado un amigo enamorado.
Ese da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos a nuestros pies.
Mas también hay de aquellos amigos por un tiempo,
tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas.
Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro,
durante el tiempo que estamos cerca.
Hablando de cerca, no podemos olvidar a amigos distantes,
aquellos que están en la punta de las ramas
y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre una hoja y otra.
El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas,
algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones.
Pero lo que nos deja más felices es que las que cayeron continúan cerca,
alimentando nuestra raíz con alegría.
Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino.
Te deseo, hoja de mi árbol, paz, amor, salud, suerte y prosperidad.
Simplemente porque cada persona que pasa en nuestra vida es única.
Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros.
Habrá los que se llevarán mucho,
pero no habrán de los que no nos dejarán nada.
Esta es la mayor responsabilidad de nuestra vida
y la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por casualidad.
AMIGA querida... asi es... nadie se cruza en nuestra vida sin dejar huellas.
Algunas más marcadas que otras, algunas permanecen más tiempo compartiendo, otras son como la brisa solo pasan rápidamente como una caricia.
Coincidimos hermanita mía que todas nos dejan alguito... aunque sean meros aprendizajes...y tambien se llevan alguito, ese es el sentido de encontrarnos aunque solo sea por un instante.
Gracias por estar en mi vida, gracias por tus amorosas huellas grabadas en mi...
Gracias Kreski, por ser y estar...!!! Y POR SOBRE TODO, SER MI AMIGA DEL ALMA!!!
Un besito iluminado para ti...
Cata
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