DECIDO MIRAR EL PRESENTE
También entiendo que el futuro no existe.
que estoy viviendo Aquí y Ahora.
Cuando decido vivir el presente comprendo que tengo que hacer cosas para evolucionar, mirarme por dentro, conocerme, es ser consciente de mi realidad.
Soy feliz porque no necesito nada más. Cuando nos apegamos a algo, siempre desearemos más. Pero hoy decido liberarme.
Por eso hoy decido liberarme de él para alcanzar la felicidad.
Soy feliz porque me dejo llevar por la corriente de la vida.
Hoy entiendo los cambios... porque los cambios son la energía misma del universo y hoy me dejo llevar por esa corriente de la misma existencia.
La consciencia de merecimiento y la autoestima están estrechamente ligadas, cuando una persona tiene su autoestima en alto siente que se merece lo mejor que la vida tiene para ofrecer, y el sentir que se merece lo mejor, y poder disfrutarlo, aumentan su autoestima.
Desde el Amor que nos tenemos establecemos cuanto valemos, y lo que creemos que valemos nos hace sentir a cuanto tenemos derecho en la vida, o lo que es lo mismo, lo que merecemos.
para recibir todo lo que soy merecedor.
La inspiración y las ideas creativas acuden a mí a diario para crear prosperidad en mi vida.
Ahora estoy creando mi vida tal como la deseo.
Hoy despliego mis alas a la vida
Desplegar las alas es el secreto de vivir... sin miedos, sin dudas allí... frente a todo, frente a un paisaje conocido o desconocido.
Cuantas veces en la vida cerramos nuestros ojos y la vida parece distinta en ese mágico mundo de sueños.
Nos perdemos en los pensamientos, en los sueños, volamos y nos dejamos llevar y llevar.
Protegemos nuestras alas, no dejamos que toquen tierra firme.
Disfrutemos del paisaje, no nos detengamos ante los obstáculos al contrario pasemos por ellos sintiéndonos fuertes, comprendiendo que el horizonte es la meta y que ese vuelo es sinónimo de libertad.
Decido que ahora, como en lo sueños, este es el momento mágico en que mi mente me lleva a un mundo desconocido y maravilloso, como en esos instantes en que sólo nos dejamos llevar sin ofrecer resistencia.
Se que Dios me ha regalado alas, ahora es el momento de desplegarlas sin miedos ni temores y volar bien alto hasta alcanzar la luz.
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