1. "Es el terreno"
George Bernard Shaw, uno de los grandes genios del siglo XX, escribió: "Todas las grandes verdades comienzan siendo blasfemias". Conviene tener esta frase en mente al leer lo que sigue.
Las vacunas, no sólo son arriesgadas, sino que el entendimiento de cómo funcionan éstas y la inmunidad en general está incompleto. Los conceptos de la inmunización están llenos de suposiciones y afirmaciones repletas de imaginación. Barbara Loe Fisher comenta la falta de comprensión que tiene la comunidad médica en lo que se refiere al sistema inmune.
"Recuerdo cuando me encontraba en un laboratorio de la FDA... hablando con el Dr. Chuck Manclark, quien... condujo la investigación de la vacuna de la pertussis durante muchos años en el Bureau of Biologics...
En una conversación que tuve con él me contó que el problema de crear una vacuna segura y efectiva de la pertussis era que la ciencia médica todavía no entiende realmente con precisión cómo actúa la bacteria de la pertussis en el cuerpo humano durante el curso de una enfermedad natural y de este modo era difícil desarrollar una vacuna con los componentes adecuados... Si añades este vacío básico de entendimiento a la limitada comprensión de la ciencia del funcionamiento preciso del sistema inmune humano y cómo interactúa éste con el sistema neurológico, una nueva frontera que está siendo explorada actualmente por los nuevos neuroinmunólogos y los biólogos moleculares, abres una ventana a un posible cálculo erróneo de los efectos biológicos debidos a la manipulación del sistema inmune humano con antígenos individuales y múltiples a lo largo del tiempo en que las vacunas han sido implementadas en la población." (109)
¿Cómo, entonces, puede estar alguien seguro de que la vacuna que se está inyectando en bebés, niños, o adultos, funcionará, si la ciencia y la comprensión de las vacunas y el sistema inmune humano están aún incompletos?
¿Y cómo pueden estar los fabricantes de las nuevas vacunas tan seguros sobre ellas que no sólo las recomiendan sino que también obligan a los niños a ponérselas?
Vamos a echar una ojeada a la historia de la ciencia de la inmunología para ver de dónde vino ésta, cuáles fueron las primeras teorías y por qué las enfermedades no siempre siguen las reglas que ésta ha inventado.
A mediados del siglo XIX hubo un debate en el seno de la comunidad científica, cuyo resultado sentaría las bases del actual paradigma médico sobre la causa y la prevención de enfermedades. Los principales participantes del debate fueron Louis Pasteur y Claude Bernard. Pasteur (1822-1895) creía que la enfermedad venía de microorganismos preexistentes que invadían el cuerpo humano. También creía que las bacterias normalmente no se encuentran en el interior del organismo. Según él, los tejidos de animales normales y saludables debían ser totalmente estériles bacteriológicamente. Él argumentaba que las bacterias provocaban la descomposición o putrefacción de las células, causando de este modo una enfermedad.
Naturalmente, la ciencia ha demostrado que Pasteur estaba equivocado en eso. Desde entonces, los bacteriólogos han descubierto que todos los animales necesitan bacteria saludable en sus organismos para vivir. De hecho, los animales que han nacido en condiciones asépticas (sin gérmenes), han sido guardados en jaulas estériles, y han sido alimentados con comida y agua estériles no viven más de unos pocos días. Parece ser que esta "contaminación" por bacteria exterior es esencial para la vida y la salud. (110)
Pasteur era un químico francés que se hizo famoso por inventar un proceso de calentamiento que impedía que el vino fuera invadido por hongos y permitía aumentar su tiempo de conservación. Esto ocurrió en una época en la que los hongos estaban afectando tan seriamente los viñedos que la industria vinícola estaba al borde del fracaso financiero. Su método de calentamiento, la "pasteurización", le hizo ganar fama instantánea, y empezó a ganarse la vida vendiendo vino y cerveza. Él no era ni siquiera médico o bioquímico, pero se le otorgó un título honorario de doctorado que le hacía aparentar más de lo que en realidad era. (111)
Pasteur fue un escritor prolífico y poseía una elocuente y efusiva personalidad. Él fue quien promovió sus propias teorías con entusiasmo, pasión y convicción, intentando llevar a cabo la misión de predicar sus ideas por todo el mundo. Esta actitud y energía supuso un gran empuje para que sus ideas fuesen reconocidas, lo que a su vez avanzó su carrera profesional y sus teorías. Lo fundamental es que él no era sólo un científico, sino un buen vendedor. Y, sus teorías originales de que la sangre y todo lo que constituye el organismo de una persona sana no deben tener ni un solo microorganismo no sólo han sido probadas falsas, sino que han sido ignoradas y olvidadas intencionadamente. A pesar de esto, la comunidad científica todavía lo considera un héroe.
Claude Bernard (1813-1878), por otra parte, no sólo tenía una personalidad diferente (era callado y reservado), sino también distintas ideas sobre el origen de las enfermedades. Bernard creía que las enfermedades no eran causadas por invasores del exterior. Él creía que "el microbio no es nada, el terreno lo es todo". Otros, más notablemente Antoine Bechamp (1816-1908), un médico, químico y bioquímico, mantenía que no era necesario ningún germen o microbio externo para que una persona se pusiera enferma. Una frase atribuida a Bechamp es: "La enfermedad nace de nosotros y dentro de nosotros". (112)
En el estudio de los Gatos de Pottenger (ver el Capítulo XII), los gatos sanos, alimentados con la dieta saludable, eran generalmente encerrados junto con los enfermos. Los gatos enfermos tenían todos los tipos de enfermedades que uno podría clasificar como "contagiosas". Pero los gatos sanos nunca enfermaron, nunca "cogieron" las enfermedades "contagiosas". O bien los gatos sanos (que nunca fueron inmunizados) tenían un sistema inmune tan fuerte que repelía los sucios gérmenes de los gatos enfermos, o bien algo más estaba ocurriendo.
El doctor Weston Price observó que los habitantes de remotas aldeas tribales, estaban sanos antes de que el hombre blanco llegara, pero empezaban a enfermar de tuberculosis (entre otras enfermedades) cuando la harina blanca y el azúcar eran introducidos en sus dietas. Se cree que la tuberculosis es una enfermedad contagiosa, pero Price nunca se contagió, y tampoco adquirían esa enfermedad las gentes de las tribus que permanecían en su dieta original natural, a pesar del contacto constante con personas (y sus microbios) que sí la tenían. Price decía que la razón por la que algunas de estas personas enfermaban de tuberculosis era debido a las deficiencias nutricionales que desarrollaban al sustituir su dieta tradicional por otra en la que abundaba el azúcar y la harina, no a causa de un germen contagioso. Esto está corroborado por el Dr. Paul Carton con las observaciones de sus pacientes en su clínica de Francia: "En la tuberculosis, el terreno en el que se desarrolla la enfermedad significa prácticamente todo. Uno se vuelve tuberculoso al debilitarse el organismo, y la única forma de librarse del bacilo... es el aumento del poder de resistencia espontáneo del organismo. En pocas palabras, el bacilo de Koch no es más que un saprofito, un musgo, un parásito, que se pega a los organismos decadentes (en descomposición) y sella el destino de aquellos que ya están decaídos." (113)
Los gérmenes o microbios solos por su cuenta no pueden provocar una enfermedad del mismo modo que una semilla sola en sí misma no puede producir un árbol. Ambos necesitan alimento, agua, y un sitio para vivir. Cuando estas condiciones están presentes, los gérmenes se activan. Cuando un montón de comida está disponible, como comida no digerida o una abundante excreción de desechos de las células cuando éstas tratan de limpiarse a sí mismas de su toxicidad, estos microbios se multiplicarán.
Herbert M. Shelton, N.D., D.N. dijo: "Los gérmenes se alimentan de las excreciones. Son carroñeros. No han sido nada más que eso y siempre lo serán. Rompen los tejidos y los consumen. Esta es la función otorgada a los gérmenes en todas partes en la naturaleza, fuera del cuerpo, y esta es la única y la verdadera función que desempeñan en las enfermedades. La profesión médica se ha escondido con pánico detrás de la teoría de los gérmenes de Pasteur, la cual ha sido usada para aprovecharse de una población demasiado crédula". (114)
Bechamp dijo que existe lo que él llamó "cuerpos pequeñitos" o "microzimas", las cuales habitan en todas las células vivientes de los animales y las plantas. Estos microorganismos cambian de forma según las condiciones que reúna el organismo huésped (a estos cambios se les denomina pleomorfismo) y su función en los organismos vivientes es en realidad ayudar al cuerpo huésped a librarse de materia muerta o inútil. Bechamp opinaba que no era necesario un microbio procedente del exterior para que una persona enfermara. El científico alemán Dr. Robert Koch también creía que los microbios no podían causar enfermedades. Si lo contrario fuera cierto, entonces los microbios deberían encontrarse sólo en los casos de enfermedad y nunca fuera de una enfermedad. Pero en el mundo real, esto no es lo que se ha observado. (115)
Otro respetado científico alemán, Guenther Enderlein, también creía en el pleomorfismo. Explicó que la bacteria puede metamorfosear a muchas formas distintas durante un solo ciclo de vida, de forma similar a una oruga transformándose en una mariposa o un renacuajo en una rana. (Toda criatura viviente se desarrolla a través de diferentes etapas en las que su apariencia cambia a la vez que crecen. Una semilla se convierte en un árbol, un huevo se convierte en pez, un embrión se convierte en un hombre. ¿Por qué las bacterias deben ser diferentes?).
En su libro Bakterien Cyclogenie, Enderlein explicó que cuando una persona está sana, las bacterias viven en una relación armoniosa con ella y de hecho ayudan al sistema inmune. Pero si existen factores tales como mala nutrición, deshidratación, estrés, alcohol, nicotina o uso de drogas, el medio interno del cuerpo cambia y se vuelve tóxico, el pH de la sangre se desequilibra (se vuelve ácido), y entonces las bacterias cambian de forma a una que indica enfermedad (pero que no la causa) (116). Parece, entonces, que la salud de la persona determina el tipo de germen presente, pero no al contrario...
Como se puede ver, muchos investigadores creen que los gérmenes no causan enfermedades. Si esto es verdad, las mismas bases fundacionales en las que se basa la vacunación son terriblemente falsas. Recuerda, el 90 % de la gente que tiene el virus de la polio no muestra signos de la enfermedad ni tan siquiera bajo condiciones epidémicas. ¿Por qué? ¿Recuerdas los sucesos en Carolina del Norte? Cuando el consumo de azúcar y helado bajó, así lo hizo también la incidencia de polio.
Esto también explica por qué algunos gérmenes pueden emitir toxinas dentro de nuestros cuerpos, que por cierto no tienen un efecto saludable en nosotros. Pero los gérmenes sólo emiten subproductos tóxicos si el medio en el que habitan es tóxico. No ocurre a la inversa, es decir, que las bacterias causen la toxicidad del cuerpo. Sir Richard Douglas Powell fue un destacado bacteriólogo a principios del siglo XX. Observó que si los gérmenes del tétanos y del gas gangrena son limpiados y sacados de su medio, son bastante inofensivos.
Shelton comenta: "Parece que la toxicidad y la supuesta especificidad de los gérmenes depende de un medio tóxico, y si es así, la química de su medio realmente determina su toxicidad" (117). En esto coinciden otros investigadores. Nancy Appleton, en su libro Rethinking Pasteur's Germ Theory, narra el trabajo del Dr. Arthur Kendall, decano del Laboratorio de Investigación de la Northwestern University en Chicago, Illinois, y de Royal Raymond Rife.
Nancy dice que sus conclusiones fueron: "El cuerpo humano es de naturaleza química. Las bacterias que existen normalmente en el cuerpo se alimentan de esas sustancias químicas. Si estas sustancias cambian como resultado de un medio tóxico (una química desequilibrada en el cuerpo) estas mismas bacterias, o algunas de ellas, también sufrirán un cambio químico".
En palabras del Dr. Kendall: "Hemos producido todos los síntomas de una enfermedad químicamente en experimentos con animales sin ninguna inoculación de virus o de bacterias en sus tejidos". (118)
A Louis Pasteur se le atribuye el mérito de haber desarrollado la teoría de los gérmenes moderna. Él creía que todas las enfermedades eran causadas por microorganismos que invadían el cuerpo y que en los tejidos sanos no había microbios presentes. Sin embargo, admitía que la salud del individuo tenía importancia en la formación y la gravedad de la enfermedad, aunque nunca nadie hizo pública esta afirmación suya (119). Ocultar este hecho fue muy conveniente y afortunado para la industria farmacéutica entonces en ciernes. Incluso Rudolph Virchow, el conocido patólogo alemán y fundador de la medicina celular, declaró: "Si pudiera vivir mi vida de nuevo, la dedicaría a demostrar cómo los microbios buscan su hábitat natural (el tejido "enfermo"), en vez de ser ellos la causa de ése tejido "enfermo"." Asimismo, el Dr. George White afirma que "Si la teoría de los gérmenes estuviera basada en hechos, no habría ningún ser con vida para leerla" (115). (En otras palabras, los gérmenes derrotarían completamente a un organismo una vez hubieran entrado en contacto con él.)
Florence Nightingale (1820-1910), la famosa enfermera inglesa, era de su misma opinión: "¿No es como vivir en un error continuo, considerar las enfermedades como lo hacemos ahora, como entidades separadas que deben existir por sí mismas, como perros y gatos, en lugar de considerarlas como estados (un estado limpio o un estado sucio), y también del mismo modo, como si estuvieran bajo nuestro propio control, o más bien como las reacciones (...) que surgen contra los estados en los que nos hemos puesto a nosotros mismos? (...) La doctrina específica de enfermedad que ahora reina en la medicina es el gran refugio de los débiles, de los incultos y de las mentes inestables. No hay enfermedades específicas, hay estados específicos de enfermedad."
1 comentario:
Carlos Gonzalez - En defensa de las vacunas. RECOMIENDO QUE LO LEAN. Saludos
http://www.serpadres.es/salud/salud/En-defensa-de-las-vacunas-nuevo-libro-de-Carlos-Gonzalez.html
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