- Por un lado, “namas”, que por las normas de división de las palabras del sandhi (en lingüística, los diferentes tipos de alteraciones fonosintácticas, determinadas por el contexto fonológico, que sufren los fonemas en medio de la palabra o dentro de la frase al entrar en contacto con otros sonidos), puede dividirse en “na”, su traducción es “no”, y “ma”, que significa “mío”, por lo que “nama” representa “carencia de propiedad” o “ausencia de identificación” con algo o alguien (por ejemplo, con cualquier tipo de percepción de identidad individual, sea física o espiritual).
- Por otro, “namas”, en su globalidad, significa “reverencia” o “adoración”. Y “te” (dativo del pronombre personal “tuám”: “tú” o “usted”), “a ti” o “a usted”. Por lo que la traducción completa de “namasté” es “te reverencio a ti”.
martes, 18 de diciembre de 2012
**Inocencia Consciente... 2013
Debido a ello, no sólo recuperarás la Inocencia (activación del Niño Interior), sino que gozarás de una Inocencia Consciente (I.C.).
Un bebe vive en Inocencia, pero de manera inconsciente. Tú habrás vuelto
a la Inocencia primigenia, pero será ya una Inocencia Consciente
derivada de lo vivenciado y experienciado en tu encarnación en el plano
humano y en Tercera Dimensión. Entenderás entonces perfectamente el
papel de ésta en la Creación y la capacidad creadora que has desplegado
durante tu encarnación en ella.
Ver el “Rostro de Dios”: Namasté
La Inocencia Consciente te posibilitará contemplarte a ti mismo como lo
que eres: Amor. Y te permitirá ver el “Rostro de Dios”, que significa
percibir con claridad la Perfección de cuanto Es y como Dios es cada uno
de nosotros y es todos y Todo.
La expresión “Namasté” habrá dejado de ser una palabra, una
elaboración intelectual, para transformarse en la más genuina expresión
de la Unicidad en la que habrás volcado tu “yo”.
NAMASTÉ
El término Namasté, usado a modo de saludo, representa que el Dios que
es yo reconoce, saluda y reverencia el Dios que eres tú. Con lo cual,
además, tú y yo nos unificamos en el Uno, en Dios mismo, y reconocemos y
saludamos al Dios que es todos y Todo.
Su origen etimológico se halla en el sanscrito y de la integración de
dos vocablos: “namas” y “te”. Su contenido incluye y engloba dos grandes
significados:
La Felicidad es nuestro Estado Natural: La Edad del Sol
Y en tal estado de Gracia, serás consciente de que la Felicidad es tu
Estado Natural. Gozarás de la Felicidad “sin razón alguna” y formarás
parte activa de la Nueva Tierra, siendo a la vez semilla de la Nueva
Humanidad.
Vivirás sin requerir palabras de aprobación y de aprecio por parte de
los demás y sin precisar el apoyo de ningún brazo amigo. No dependerás
emocionalmente de nadie, de manera que nadie tendrá ya el poder de
hacerte feliz o desdichado. No necesitarás a ninguna persona en
particular, ni tendrás la necesidad de ser especial para nadie. Tampoco
considerarás a nadie como propio. Vivirás la Edad del Sol (Sol-edad) y
desde esa atalaya sabrás por fin lo que significa ver con una visión
despejada y no enturbiada por el miedo o el deseo. Y sabrás también lo
que significa amar, emanado de ti el Amor que Eres hasta el punto de que
comprenderás fuera de los conceptos que amar a las personas supone
haber muerto a la necesidad de las mismas.
Nueva Humanidad en la Nueva Tierra
Una Nueva Humanidad a la que se irán incorporando todos los seres
humanos que experiencien lo hasta aquí resumido, bien en las fechas
reseñadas y al unísono con la Metamorfosis de la Tierra y la culminación
de su tránsito por un Puente de Einstein-Rossen, bien posteriormente en
el marco de las replicas que tal Puente tendrá en cada ser humano. La puerta permanecerá abierta para experienciarlo durante un periodo de tiempo cuya duración se desconoce (“no sabréis ni el día ni la hora”), pero que, en terminología de Tercera Dimensión, abarcará décadas.
Y el nuevo escenario de Primavera Consciencial permitirá, como ya se
señaló, que los micro impulsos conscientes individuales creen, mediante
clusters de ondas, grandes eventos como los citados Puentes. Todo ello
en consonancia con el proceso de cada cual y llevando en libre albedrío a
distintos escenarios conscienciales y dimensionales.
Y cuando la “puerta se cierre”, habrá concluido el anclaje del Cielo en la Tierra (en expresión cristiana, acontecerá la Segunda Venida de Jesús)
y cada dimensión espiritual encarnada en ser humano vivirá donde en
libre albedrío haya decidido: en la Nueva Tierra, que no será de Tercera
Dimensión, o en otro mundo cuya frecuencia vibracional sí sea
tridimensional. Así, los seres humanos que hayan realizado la Metamorfosis configurarán la Nueva Humanidad en la Nueva Tierra. Por el contrario, los que libremente opten por no efectuar la transformación consciencial, deberán seguir su existencia y encarnación en otro planeta de Tercera Dimensión de los muchos que hay en este Universo.
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