Busca en tu corazón la raíz del mal y arráncala.
Esta raíz vive en el corazón de la persona fervorosa lo mismo que en el del hombre de deseos. Solamente el fuerte puede destruirla. El débil tiene que esperar su crecimiento, su fructificación y su muerte. Es esta una planta que vive y se desarrolla a través de las edades. Florece cuando el hombre ha acumulado en si mismo existencias innumerables. El que quiera entrar en la senda del poder, debe arrancarla de su corazón. Y entonces del corazón brotará sangre y la vida toda del hombre parecerá desvanecerse por completo. Hay que sufrir esta prueba; puede presentarse desde el primer peldaño de la peligrosa escala que al sendero de vida conduce; puede no venir hasta lo último. Pero acuérdate mi querido lector, que tienes que pasar por esta prueba, y refuerza las energías de tu alma para tal empresa. No vivas en lo presente ni en lo futuro, sino en lo eterno. Allí no puede florecer esta hierba gigantesca: esta mancha de la existencia la borra la atmósfera misma del pensamiento eterno.
Esto se refiere naturalmente al yo inferior y a su proceso natural que puede tardar mucho, muchísimo tiempo. Para vencerlo el aspirante debe realizar desde luego un gran esfuerzo. Sería tonto pensar que las grandes metas espirituales pueden alcanzarse con solo unos pocos minutos diarios de esfuerzo: tan gran causa exige mucha mayor dedicación y seriedad. Y algo muy importante y necesario de decir: la verdadera espiritualidad no se exhibe, se irradia. Resulta cómico, o casi, ver ha tanto infatuado jactarse de sus logros en este campo con tanta soberbia como ignorancia.
Lo interesante de lo antes citado es que hace recordar notablemente a un pasaje bien conocido del Evangelio de Mateo al que se interpreta en forma superficial y muy incompleta en los medios religiosos. Dice este pasaje que juntos crecieron el grano y la cizaña hasta la siega. Allí fueron separados, la cizaña fué atada en manojos para quemarla y el trigo fué guardado en el granero. Los frailes, sin comprender nada, nos dicen que los malos van al infierno y que el granero es el cielo. Las amenazas con el infierno son un absurdo perverso y una verdadera ofensa a Dios. Si hay un infierno es este mundo en que vivimos. La realidad es otra y el significado de uno y otro pasaje es el mismo. Llegará un momento en que lo inferior en nosotros deberá ser arrancado y morir aunque ello nos cause dolor. De esta manera lo bello y elevado alcanzará otros estados de gloria espiritual. A esto Jesús lo llamaba “el Reino de los Cielos” pero sus seguidores parecen no haberlo entendido hasta hoy en día.
En realidad el Primer Guardián del Umbral simboliza los obstáculos que se oponen a nuestro avance cuando ingresamos en el Sendero Espiritual. A nadie podemos reprochar esto salvo a nosotros mismos pues tales dificultades son efectos kármicos negativos que hemos acumulado como resultado de nuestras propias acciones del pasado a lo largo de existencias innumerables. Tales dificultades son muy difíciles de vencer: provienen de nuestro entorno, de las circunstancias materiales, de la propia familia, de los amigos (o que se dicen tales). Voces que dan pavor procuran aterrorizar al aspirante y hacerlo rodar de nuevo al abismo del error, ignorancia e inconsciencia de donde ellas nacen. Todo indicaría que estas personas detectan de manera inconsciente el progreso del aspirante y ello les resulta intolerable pues no les queda más remedio que aceptar que ellas se han retrasado en el Sendero. Vencer estas dificultades exige en la mayoría de los casos mucho valor, mucha voluntad, mucho sacrificio, mucho dolor: los pies deben bañarse en la sangre del corazón.
Pero las pruebas más graves, las que mayor problemas nos ocasionan y las que más requieren de nuestra voluntad y sacrificios para salir airosos de ellas son las que hacen a nuestra personalidad y actitud y que provienen, en suma de nosotros mismos, de nuestro interior. Son las primeras que hay que encarar resueltamente y vencerlas con la espada y el látigo, símbolos de nuestra voluntad. De hecho el ser humano se acostumbra tanto a sus enemigos internos (su soberbia, su inconstancia, su mezquindad, su envidia, todos sus defectos en general) que están considerados en su ceguera como a sus amigos. Ya lo escribí en un post anterior, le duele tanto desprenderse de ellos ya que son su propia creación. Un Maestro decía además algo que exige ser meditado y grabado en nuestras mentes: “Mientras los enemigos internos no estén vencidos los enemigos externos retornarán siempre”. Las peores dificultades residen siempre en nuestro interior y es de suma importancia aceptar que tenemos faltas y defectos y corregirlos: este es el primer paso.
2 comentarios:
Hermosamente planteado....amorosamente descipto... sencillamente certero.
El hombre en la medida que evoluciona.... cada día más y más , empieza a ver la "realidad" de lo que es y no, de lo que quiere ver.Gracias por una g´rafica y una descipción ponderable a tu vivir hoy.
Este escrito es verdaderamente simple y sencillo de entender... si el humano comprendiera que su primer paso es descubrir, ver para separar,corregir.
Asi ceríamos que aquello que creemos parte natural nuestra no lo es.
Que quienes creemos nuestros amigos incorporados voluntariamente en nuestra ceguera a nuestra naturaleza(enemigos internos: soberbia,inconstancia, mezquindad, envidia, todos los defectos de la vibración más baja, nuestra personalidad), que considerados en la ceguera como a sus amigos)... NO LO SON.
Hemos venido a dar Luz a esa parte nuestra, poner Luz a nuestras propias sombras.
El mensaje a través de los tiempos siempre fue el mismo, expresado de maneras diferentes... y muchos no lo han entendido al día de hoy, continúan dormidos.
Despierta humanidad... es la voz que se escucha en los Cielos y hace eco en nustra Tierra!!!
Un abrazo...y continuemos siendo el eco de los Cielos.
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