hablamos de niveles de consciencia también.
Las frecuencias violetas, índigo y cristal son frecuencias diferentes entre sí, pero no están estrictamente dividas, en ocasiones una es la trascendencia de la otra, en otras, una complementa a la otra, es posible entonces que una persona pueda manifestar las 3 frecuencias al mismo tiempo también.
Por ejemplo, una persona puede manifestarse en general, como alguien tranquilo y siempre sereno todo el tiempo, al estilo cristal, pero en determinado momento, donde se exige fuerza y carácter para delimitar o enfrentar ciertas circunstancias puede sacar la energía índigo para hacerle frente a la situación presente para después volver a su estado normal de serenidad.
Las energías índigo, violeta y cristal son totalmente complementarias y están siempre disponibles para tomar la que se necesite según las circunstancias o el presente de la de la persona.
Aunque hablamos de procesos evolutivos que suponen siempre un avance, también es posible un retroceso en la frecuencia energética si las circunstancias de la persona obligaran a esto, por ejemplo, un niño cristal que crece dentro de una familia hostil, puede sentir su ambiente tan agresivo que sería imposible sostenerlo a través de esta vibración pues el exceso de sensibilidad lo llenaría de dolor, lo que obligaría al niño a tomar la energía índigo para poder defenderse en este ambiente y sostener esta energía el tiempo que sea necesario, posiblemente su niñez adolescencia, para que al lograr una vida independiente y estable, entonces sí, pueda tomar la energía cristal para desarrollar ahora su vida.
Esta elección (tomada de manera inconsciente) puede ser un método de sobrevivencia que en muchos casos, resulta mejor que sobre adaptarse a la sociedad pues esto haría que no se hicieran los cambios que tenemos que hacer como parte de nuestra misión.
Harumi Puertos
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